domingo, 7 de julio de 2013

Una doble despedida de Ecuador

Ultima noche con posibilidad alcohólica, lo que suele significar un pequeño abuso en cantidad y a veces en calidad también. "La Hacienda", un restaurante de carnes dentro del Hotel Marriott fue el elegido.

La decisión para comer en este ahí se realizo por un balance entre las recomendaciones de las aplicaciones de viajes y por los comentarios de los amigos Ecuatorianos, pero fundamentalmente porque estaba en un punto de fácil acceso y prometían gran variedad en vinos.

 Como este viaje estuvo marcado por los vinos Australianos, decidí no cambiar de caballo a mitad de carrera, hacerle caso al concejo de Sebastian Fedele (@SebastianFedele) y aprovechar a probar lo que en Buenos Aires se hace casi imposible.

Sin Sommelier a quien acudir, empece con un Syrah de la región Nuriootpa en el sur de Australia. Hace varios años había probado un 2009 en EEUU que me había gustado e intente refrescar la memoria, además de comparar con las notas de aquel momento.

Me encontré con un 2006 bastante superior a aquel 2009 (según mis notas; mi memoria es bastante mala como para poder alardear de recordar un vino que tomé hace dos años atrás) con frutas maduras y mantecoso, un tanto alcohólico en boca, prácticamente sin cuerpo pero interesante y muy distinto a "nuestros" Syrah. Unos 84 puntos le dio mi paladar a pesar que el precio fue, exactamente, el doble del pagado en Virginia un par de años atrás.
 


Esa sensación de victoria que da el no clavarte con el vino a tomar, me envalentono a quemar las naves, olvidarme que la panza sigue creciendo y la balanza grita de pánico cada vez que me vé. Me pedí unas costillas de cordero en salsa de Malbec acompañadas con una ensalada de hongos saltados en manteca y espárragos.

Como mi corazón no exploto dejándome seco en el piso y realmente disfrute de la calidad y la porción bien servida, debo admitir que la noche ya era todo un éxito.

Ante la necesidad de terminar el plato y ya sabiendo que vendría un postre, fui por un segundo tinto, otro Australiano.


Esta vez pedí algo nuevo. Otro Syrah, esta vez de la parte de South Eastern de Australia que lleva el nombre de "The Little Penguin".

Poco cuerpo, agradable, sedoso, fruta madura y pimienta. No mucho más, pero me gusto bastante. Para ser sincero, casi que la relación precio calidad era mucho mejor que el anterior, ya que también compartió los 84 puntos.

El postre no tardo en llegar.Un volcán de Chocolate con helado que no defraudo, aunque lejos estuvo de ser lo que debía ser.

El pequeño pingüino se extinguió, tal vez por la caza indiscriminada de mi persona, o tal vez por el calentamiento global y la noche se escapo con un viaje al aeropuerto para regresar a casa.


Ecuador me dejo, en lo que a "nuestros" vinos respecta, la sensación de que es un mercado a seguir expandiendo y arriesgando. Donde tenemos un punto a favor que no vi en otros lados; YA somos los máximos favoritos y la gama media y alta tiene verdaderos fanáticos.

Hace 20 años, cuando empece a viajar por mi trabajo, todos nos conocían por Maradona y el tango.

Hoy Messi tiene una competencia mucho más fuerte, porque al tango se le sumó la carne y nuestra gloriosa bebida nacional, que cada vez nos abre mas puertas y nos infla mas el pecho de orgullo a un ya bastante agrandado sentir nacional (y popular para algunos)


Dios Toma Malbec
Juan mayou (@juanmayou)




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