lunes, 1 de diciembre de 2014

Mini Desafio Federal Petit Verdot, un maravilloso descubrimiento


Parece que este año nos portamos demasiado bien, se adelanto la navidad y le cumplieron el sueño a varios de nosotros.
No conformes con haber disfrutado de un extraordinario Desafío Federal (@DesafioFederal) a mitad de año donde degustamos y elegimos a los Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc que más nos gustaron, el 26 de Noviembre último, Francisco Rivero Segura (@fsaurio) se despacho con un “mini” Desafío Federal de Petit Verdot; tal vez, una de las cepas más desconocidas para los consumidores Argentinos de vinos.
El concepto de “Mini” solo va por la premisa de que 24 amantes de la bebida nacional, formados por periodistas, restauranteros, dueños de vinotecas y algunos profesionales de la industria nos juntamos a degustar 5 muestras y 16 vinos en el restaurante Paladar Buenos Aires (@PaladarBaires).
Como siempre, se realizo la cata a ciegas, cada uno puntuó o valuó como mejor le pareció y finalmente se entregaron los 6 favoritos individualmente para sacar el veredicto final y global.
Con puntualidad británica, a las 20:30 los afortunados 24 comensales comenzamos con una degustación de 5 muestras o componentes. Las primeras tres eran de la Bodega Catena Zapata, luego degustamos una muestra de la bodega NQN y terminamos con una Salteña de la bodega El Porvenir de Cafayate.
Con los motores en caliente y la adrenalina como en definición de campeonato, se largo la cata “oficial”. Dos tandas de 8 etiquetas cada una separadas por platos maridados para la ocasión.  Una maravilla. La organización digna de un país del primer mundo y en los vinos lo somos.

Se comenzó con una entrada de minis Fatay de bondiola; langostinos con panceta sobre un tabule de quínoa y como plato principal fue Cordero, acompañado con corazón de alcaucil relleno de hongos para terminar con un postre de chocolate en diferentes texturas.
Lo que me sorprendió de esta cata, fueron los diferentes perfiles en los vinos que degustamos. Tintos de gran estructura y potencia, los rasposos, algunos fluidos y frescos, varios muy elegantes y otros florales o vegetales.
Como me viene pasando en las catas a ciegas, se me caen todos los prejuicios. Siempre considere al Petit Verdot como una cepa de complemento, para cortes en Blend o para tomar esos vinos aguerridos y violentos en boca. Nada más lejos de la realidad que hoy nos muestra este varietal.
De las 16 etiquetas que tomamos, mis elegidos fueron:
1)   Atmisque 2010. Una rareza que solo Francisco puede conseguir, ya que el 100% de la producción de este Vino se vende al exterior y, en exclusiva, para una empresa.
2)   Viña Vida Seda 2011. Una maravilla y por $220 la botella da para comprar 10 cajas y guardarlas. Cuerpo y elegancia, gran boca pero todo muy sutil a pesar de los 18 meses en barrica. Aclaro que lo puse segundo aunque tenia los mismos puntos que el primero.
3)   Chapeau 2010. De la bodega Brennan Firth en el valle de Uco es un vino genial. Nunca abría pensado que era un Petit Verdot. La verdad es que no se donde se puede comprar, pero sus $360 bien vale, al menos, probarlo una vez en la vida.
4)   Viña Alicia Cuarzo 2007. El único que no fue 100% Petit Verdot (un 2,5% de Grenache y otro 2,5% de Carignan lo complementan). Lo único doloroso de esta etiqueta son los $900 pesos que se necesitan desembolsar para llevarlo a casa. Claro que siempre hay algún bolsillo poderoso que puede y lo importante es hacerse amigo de él.
5)   Fond de Cave Reserva 2013. Mi gran sorpresa. Va el tercer Desafío Federal que esta etiqueta se me mezcla en el podio. Esto me demuestra una vez más que Daniel Pi (@danielpi314) es un genio que no solo hace grandes vinos, también los hace accesibles en precio. $110 El regalo perfecto.
6)   Terrazas Barrel Select. Cerro mi podio, pero me hizo dudar mucho este vino, realmente me gusto. Solo $170

La verdad no siempre es la realidad y los resultados oficiales fueron un tanto distintos. El gran ganador de la noche fue el Viña Vida Seda 2011, seguido por un doble segundo puesto que compartieron el Decero mini ediciones 2011 y el Viña Alicia Cuarzo 2007. Tercero entro el Atamisque 2010, cuarto quedo el Reserva 2012 de Ruca Malen, quinto un muy rico Tomero Reserva 2012 y cerro el podio un Rewen Estate 2012.
Es gracioso que de mi preconcepto de vino potente y patea bocas, tras pasar por esta extraordinaria cata a ciegas que es el Desafío Federal, me encuentre en la tristeza de saber que solo existen 26 etiquetas de esta cepa en el mercado Argentino.
Un punto más para seguir buscando y probando en este mundo maravilloso que es el vino.
No nos olvidemos que la vida tiene muchos colores y sabores, pero con una copa de vino en la mano siempre son mejores.

Dios Toma Malbec
Juan mayou (@juanmayou)

lunes, 29 de septiembre de 2014

DV Catena Nicasia, la más linda


El vino y la pasión tienen una relación directa ineludible.
Seria simple y divertido hacer una analogía con el fútbol, pero no muy real. Uno nace hincha de un club y se muere hincha de ese color. Se puede cambiar de esposa, hijos, religión o ideas, pero del equipo de fútbol no se cambia nunca y el que lo hace, es la escoria mas repulsiva de la sociedad reinante.
El vino es una pasión muchísimo más compleja, más inexplicable y pura, si me permiten el sacrilegio futbolero. Nuestra bebida nacional es lo más parecido al amor que nuestro cuerpo, intelecto o espíritu pueda vivir.
Un vino es como una mujer u hombre, sobre gustos no hay nada escrito y no soy quien para juzgar; nos gusta, apasiona, enamora, satisface y completa, pero también evoluciona. No todos son para toda la vida y no todos son para serles fiel. Hay vinos que nos acompañan durante un trayecto de nuestra existencia y luego caen en el olvido. Hay estilos de vino que nos llenan y enseñan en el comienzo o nos aguantan en los malos momentos y otros que solo los tomamos para variar un poco.
Alguien me dijo una vez que lo más importante en este mundo etílico era el encontrar el estilo qué hace feliz a tu paladar y, simplemente, dejarse llevar por esa autopista sin retorno. Yo, con sus matices y permitidos, creo haberlo descubierto y dentro de ese estilo encontré a "mi" reina.


Muchos años atrás, mientras investigaba en los fondos de las copas la esencia de la felicidad, me cruce con el DV Catena Nicasia; un vino Mendocino de la bodega Catena Zapata e hija indiscutible de su enólogo Alejandro Vigil (@alevigilmalbec) que es producido en La Consulta, San Carlos. Las notas de cata nos van a hablar de los 24 meses de roble francés, su intensa nariz y frutos del bosque con la vainilla del Malbec y sus taninos suaves y equilibrados. 
Lindo para los expertos, lejos de los consumidores.
 

Yo en cambio, encuentro a esa mujer elegante y educada que tiene una magia única para seducirte; con ese perfume que te atonta y envalentona, ese venir majestuoso con su irse inmejorable, esa perfección que te hace feliz y realmente querés estar con ella por el resto de tu vida para tener 78 hijos. Una dama completa, una amante perfecta.
 

La cosecha 2003 fue la primera que tuve en gracia de descorchar. El segundo puntaje mas alto que le di a un vino nacional. Me mato. Me robo el alma. Salí corriendo y me compré la única caja que quedaba de esa añada y ya que estaba, dos cajas más del 2005. Después mi cava recibió las 2007 (podría decir que está a la altura de la primera botella que probé) y recientemente las 2010.
Sin duda alguna que hay vinos, como mujeres, que nos marcan a fuego en nuestras vidas y en mi caso este a sido uno de ellos. Parte en chiste parte en broma, el Nicasia se ha convertido, para mí, en "el mejor vino del mundo mundial" porque no se necesita ser el más caro o el mejor puntuado para ser el mejor. Simplemente, para serlo, se necesita ser el que más te gusta y eso es lo que este Malbec produce en mí.

Soy consciente que hay vinos superiores, mejores, sublimes; pero este tinto es, básicamente, mi vino de cabecera por excelencia. De hecho, es mi referencia para poner puntos a las etiquetas que compro y pruebo, además de ser mi guía en precio y poder decidir si un vino es caro o no.
El DV Catena Nicasia, junto al Gran Malbec de Ángeles de Juan González (@juanmgonzlez_1) son, para mí, los grandes exponentes del Malbec Argentino (cada uno en su estilo), esa cepa que nos abrió las puertas del mundo y nos dio un nombre en el mercado.
Siempre hay un buen motivo para brindar y hoy decido brindar con un Nicasia 2005; brindo porque acabo de descorchar mi ultima botella de ese año.
Salud


Dios Toma Malbec
Juan mayou (@juanmayou)

lunes, 14 de julio de 2014

Cavist, el sueño del pibe


Cada uno tiene un sueño, un ideal, una fantasía. 
Para algunos es tener un bar en la playa, para otros unos viñedos en la montaña, para la mayoría es volverse millonarios y no trabajar más (solo los políticos lo logran); pero para mí, es ser el dueño de una vinoteca – restaurante como Cavist tiene en Brasil.
Si bien ya tienen cuatro sucursales; la que está enclavada en Ipanema, Río de Janeiro, es la materialización de mi fantasía laboral. Una casona de dos plantas da vida a este maravilloso concepto de Vinoteca – Restaurante. Sí, te vendo el vino y además te doy de comer.
Cuando se cruza la puerta, uno puede encontrar un pequeño salón en forma de ele, con no más de 8 mesas y un pasillo que da lugar a la vinoteca; para comer lo mejor esta en la planta alta por el ambiente y la intimidad, además de una terraza espectacular que da a una gran plaza.
El santuario etílico, representa el 70% del espacio que tiene la planta baja y le da esa magia a este sitio en Brasil que muchos soñaríamos con encontrar en Argentina a la hora de ir a comer. El sistema es muy simple, el lugar no necesita una carta de vinos; directamente se elije la botella a beber entre blancos y tintos de Argentina, Chile, Brasil, Estados Unidos, Francia, Nueva Zelandia, Australia, Sudáfrica e Italia y te la llevan a la mesa unos minutos después con la temperatura justa. Si me quedó algún país y sus etiquetas sin nombrar, es porque tenía tanta adrenalina corriendo por mi cuerpo que por momentos se me nublaba la vista y me faltaba el aire por ver tantos buenos vinos juntos de tantos países diferentes.

Los vinos, no tienen recargo en el precio por ser tomados en el restaurant; es decir, uno paga lo mismo por comprar la botella en la zona “vinoteca” para llevar a casa, que para tomarlo en la mesa de la zona “restaurant”; eso es un alivio, porque la recarga impositiva que tienen los vinos y sobre todo los Argentinos (según tengo entendido el arancel es del 65%), hace que los números sean dolorosísimos a la hora de disfrutar una botella de nuestra bebida nacional.

Miré todo y perdí más de media hora intentando decidirme por cual tinto elegir para disfrutar de esa cena post Mundialista. Finalmente mi Argentinismo sinsentido y futbolero se volcó por un Malbec, un Catena 2011 que estaba una gloria y que se evaporo en medio de la charla, el estudio de la carta y una panera de genialidades caseras embebidas con aceite de oliva y queso provolone.  Así empecé, en medio de gritos y festejos teutones, a ser un Argentino feliz por el papel desempeñado en la copa y perdido en el país de la samba; porque la alegría no es solo Brasilera, no mi amor y mucho menos teniendo vino.
Como llegaba la entrada y el vino se había ido más rápido que proyección de Di María, hice una nueva incursión a la Cava y siendo fiel a mi paladar, fui a por otro Malbec, esta vez un Zuccardi Q del 2011. Debo admitir que los vinos de esta bodega, en lo personal, cada vez me gustan más y fue una gran revelación para los NO Argentinos que me acompañaban. Un extraordinario embajador de nuestros vinos y en particular del Malbec.
La entrada fue una Burrata (un queso consistente por fuera y cremoso por dentro) que rondaba la perfección; en su momento justo, ni dura ni blanda, una MARAVILLA con oliva y albaca que desapareció junto a las tostadas de pan francés con aceite de Oliva y ajo que la acompañaban.
Casi al mismo tiempo llego el Carpaccio de Rosbif con mostaza de Dijon que mostraba estar la altura y que termino de ser el perfecto compañero de nuestro tinto, que también desapareció.
Los platos principales tardaron en llegar lo justo y necesario como para que, una vez más, bajara y eligiera la tercer botella a ajusticiar. 
Esto demuestra lo saludable de nuestra bebida nacional, porque el ejercicio que hice esa noche .......
Ante los reclamos por mi nacionalismo o poca objetividad en vinos, además de la insistencia del sommelier por dejarme tentar con algún transnacional (la verdad me trato de enchufar un vino Brasilero y lo mande a la mierda), simplemente me cague en todos, hice lo que mejor hago que es lo que yo quiero y quemando las naves pedí un Angélica Zapata Cabernet Sauvignon 2009 que valía más de tres veces el valor que solemos pagar en Buenos Aires. Angélica, una dama elegante, educada, equilibrada y descomunalmente linda (la amante perfecta, la que todos quieren), fue la encargada de provocar el silencio en la mesa y el gozo culinario de los platos principales.
Los Fetuccine a los cuatro quesos envueltos en Parma estaban realmente deliciosos, una bomba gastronómica difícil de digerir en una noche normal, pero con un buen vino Argentino en la copa y siendo consiente de que lo mejor es volver caminando a casa, hotel, casa rodante o auto estacionado en Copacabana es una opción maravillosa; una delicia.
Si por pastas vamos y necesitamos algo más controlable pero de igual grado calórico, los Fetuccine con Ragú de chorizo de jabalí son soberbios. De verdad maravillosos. Un plato que pide a gritos un vino a la altura. Este dato me dio a fantasear un chef creando la carta según los vinos del lugar. Cosa imposible teniendo en cuenta la cantidad y variedad de etiquetas que Cavist ofrece.
Otra gran selección del menú y que con el Cabernet Sauvignon parecían amantes conocidos, es el File Mingón con risotto de Brie y crocante de Parma. La carne en su punto, tierna y sabrosa (no muy común en Río), el risotto excelente y el toque del crocante de Parma dando un plus de sabor y textura, lo hacen uno de mis platos favoritos del lugar.
Como el dicho sentencia que “no hay dos sin tres” (esta vez no se nos dio, será la próxima), pensé que también era valido para un “no hay tres sin cuatro” y fui por ultima vez a la cava a elegir un vino para el postre, porque no me quería quedar con una resignación frustrante parecida a la de Robben con Mascherano por no tener mi tinto de despedida.
Así fue que, con cargo de conciencia por no escuchar el clamor popular, di el brazo a torcer (pero no tanto) y elegí un Cabernet Sauvignon Chileno de la bodega Undurraga. El T.H. (Terroir Hunter) 2011 del alto Maipo fue un cierre genial para acompañar lo dulce de la velada; porque con algo tenía que intentar endulzar ese fin de jornada.
La noche la cerro un Petit Gateau de Nutella con helado de vainilla sobre un praliné de almendras, que estaba muy bien. Nada para volverse loco, pero un muy rico postre. 
Claro que mi favorito fue la Mousse de chocolate con crema inglesa, ese sí fue un postre genial. Cremoso y no empalagoso que de solo recordarlo me dan ganas de volver; podría decir que, para los fanáticos del chocolate, es un postre personal no apto para segundas cucharas.
Es necesario tener en cuenta que los platos son de porciones generosas y que siempre es mejor compartir y variar, a morir haciéndose el macho. Sobre todo si se quiere hacer entrada, plato y postre.
La copa del mundo termino. Gozamos, disfrutamos y casi pudimos darnos el lujo de dar nuestra tercera vuelta olímpica en el estadio Maracaná. Para muchos una frustración, una desilusión o una tristeza; pero en honor a la verdad, mis queridos hermanos, nosotros les estamos dando la oportunidad de brindar con el mejor vino del mundo, el Argentino. Eso sí, para brindar con copa, o se la pedimos prestada a los Alemanes, o esperamos otros cuatro años a ver que pasa. 

Dios Toma Malbec
Juan mayou (@juanmayou)

viernes, 11 de julio de 2014

Un desafío federal que debería ser universal


Junto a Francisco Rivero Segura, creador del DF
Para mí, el vino como el fútbol, son una pasión desmedida e incontrolable.
Ciertamente no sé mucho de ninguna de las dos cosas, pero entiendo muy bien lo que siento y despiertan en mí; por lo cual, como entender es mucho más importante que saber, me doy la libertad de opinar de mis sentires, de mis pasiones.
Muchas veces es difícil pensar en caliente y por eso necesite un tiempo para procesar lo que fue mi tercer Desafío Federal, el cuarto que se realiza en la maldita Ciudad de Buenos Aires.
Frente al obelisco, en el hotel NH, nos juntamos 98 almas para ser parte de la más maravillosa de las catas a ciegas que existen en este momento. De la mano de Francisco Rivero Segura, se hace un mix entre amantes amateurs de la bebida nacional y gente vinculada, de un modo o de otro, profesionalmente al vino y su entorno.
Conocí al Desafío Federal allá por el 2012, su segunda edición, cuando logré un lugar intentando hacer mi primera experiencia en el mundo de las catas. En esa oportunidad era el momento de los Blend y me maravillo, me sedujo, me volvió adicto al probar qué despierta en mí esa copa que juega frente a mi cara sin saber cual etiqueta, bodega o enólogo la respalda. En el 2013, un interminable año después, fue el turno de la más maravillosa de las cepas, el Messi del vino, la jugada perfecta, nuestro bendito Malbec que termino de darme el tiro de gracia en mi camino a la adoración de esta bebida.
El 2014 no nos encontró ni unidos ni dominados, simplemente llego a días del mundial y de la mano del rustico y poderoso rey de las cepas, el Cabernet Sauvignon y de la nueva niña mimada de las uvas en Argentina, el Cabernet Franc, ganador de todos los puntos Parker que este año llegaron y por montones a nuestro país. 
De extraordinaria organización y con puntualidad inglesa (de manera intencionada voy a omitir a los Alemanes y su puntualidad de este comentario por motivos futbolísticos) el Desafío se dividió en 4 categorías o tandas; Cabernet Sauvignon por debajo de los 100 pesos; toda la línea de Cabernet Franc que vario de los 40 pesos, aunque creo que no existen más los tintos en esa franja de precios, hasta los 700 pesos; la segunda tanda de los Sauvignon que volaba entre los 101 y 150 pesos; para ir terminando con los Cabernet Sauvignon de 151 pesos hasta el infinito y más allá.
Fue duro, créanme, durísimo. 70 muestras pasaron por las copas para ser analizadas, degustadas, disfrutadas y puntuadas por los presentes durante 7 horas.

En lo personal fue una gran sorpresa en todo sentido y eso es lo realmente maravilloso y único que Francisco Rivero (@fsaurio) nos da con su Desafío Federal (@DesafioFederal); me encontré en la primera categoría con unos Cabernet Sauvignon domados, no tan rústicos, un tanto impersonales o faltos de carácter por no decir sin fuerza. Los que me gustaron y me dieron una gran relación precio calidad fueron el “SinFin Guarda Cabernet Sauvignon 2012”, el “Piattelli Cabernet Sauvignon 2013 Reserva” de Cafayate y el “Fond de Cave Reserva Cabernet Sauvignon 2012”
Los Cabernet Franc fueron MUY desparejos, desde los que no volvería a tomar nunca en mi vida, hasta los que me llevaron a comprar de a cajas. El que me fascino y no conocía por prejuicios (otra maravillosa manera de destruir nuestros preconceptos que tiene el Desafío Federal), fue el “Pulenta Gran Cabernet Franc 2010”, también tuve la confirmación en uno de mis vinos favoritos que es el “Zaha Cabernet Franc 2011” y después me encontré ratificando a maravillas cual “Angélica Zapata Cabernet Franc 2010” o “Gran Enemigo 2009”, viejos conocidos en mí cava y dentro de mi podio etílico, más allá de mis preferencias por alguna otra cepa .
La segunda tanda de los Sauvignon fue mi gran desilusión; no encontré nada que me gustara en la gama de los 101 – 150 pesos; tal vez por venir de un salto tan alto en los Cabernet Franc, tal vez porque no sentí nada que sacudiera mi paladar, pero paso sin pena ni gloria.
Claro, la ultima tanda si me termino de cerrar la noche y me dejo listo, pero no preparado, para encarar lo que será un interminable desfile de meses hasta llegar al DF2015.
Cuales me gustaron? Casi todos. Los que destacaron? El “Trapiche Gran Medalla Cabernet Sauvignon 2010” una maravilla que cada día me gusta más, El “Esteco Fincas Notables Cabernet Sauvignon 2011", "SonVida Cabernet Sauvignon 2010" otro que no conocía y nunca había comprado porque no me gustaba su etiqueta, "Laborum Cabernet Sauvignon 2011” vino y bodega que me puede, “Angélica Zapata Cabernet Sauvignon 2010”, “Sophenia Synthesis Cabernet Sauvignon 2011” y podría seguir al menos con una docena más.
Así el nivel, así la calidad de esta cata a ciegas que lentamente se va convirtiendo en uno de los más puros desafíos para las bodegas. El día que entiendan la importancia de poder sentarse en la mesa con la gente que, como yo, pagamos sus vinos, nos los tomamos y además poder compartir nuestras opiniones sin la sugestión que la etiqueta da; ese será el día que Francisco deberá alquilar el luna park para dar lugar a los enólogos y los representantes de las bodegas. 
Este 2014 solo la bodega Trapiche, por medio de uno de sus enólogos, Sergio Case (@casesergio) tuvo un representante en el desafío, que degusto y se encontró criticando sus propios vinos.
Mientras tanto, nosotros seguimos disfrutando de este increíble evento que nos junta y hermana bajo la excusa de poder elegir, de modo honesto y sincero, cual será la compra de vinos que ira engrosando nuestra cava.

El listado completo de los elegidos por la gente durante la cata está en: http://www.logiapetitverdot.com.ar/2014/06/resultados-del-desafio-federal-2014-cabernet/ 
Dios Toma Malbec
Juan mayou (@juanmayou)

lunes, 2 de junio de 2014

Cosas de angeles y vinos

El vino, como todo negocio, tiene distintas facetas y complejidades a lo largo del tiempo.
Están las vicisitudes internas, que según el grado de fanatismo en el consumidor pueden ser hasta divertidas; como por ejemplo si el enólogo es el enólogo o solo pone el nombre; si este vino se vende localmente porque no se pudo exportar o simplemente si esta etiqueta se llama así por tal o cual motivo.
 También están las roscas comerciales que no son tan interesantes al amante de la inspiración de Baco, pero que sin llamar nuestra atención nos termina afectando; como por ejemplo si la botella es más o menos pesada y eso incrementa el precio en la logística y por ende nos terminan o no matando nuestro presupuesto en el momento de sacar nuestra diezmada billetera. 
No podemos dejar afuera las acciones del realismo mágico que gobierna nuestras vidas; como el hecho de que el vino sea nuestra bebida nacional, una de nuestras insignias en el mundo que tan orgullosos nos ponen y en algunos momentos las bodegas tuvieron problemas, por ejemplo, para importar los corchos.
Este gran momento por el que atraviesa el vino Argentino y que ya supera al Malbec como objeto del deseo, se da en medio de una situación complicada a nivel mundial; claro que los problemas internos no ayudan y muchas veces directamente nos perjudican. Las crisis propias y ajenas que tienen como consecuencia directa la merma de consumo en el exterior (léase menos exportaciones) hace pensar que solo las grandes bodegas pueden sobrevivir a estos altibajos comerciales y es por que (mito urbano) son los que acaparan la producción de esos vinos “diferentes”, sustentados por la venta masiva de sus líneas económicas.
La bodega “Viña 1924 De Ángeles” es el ejemplo de lo errado de ese concepto. Sus solamente e increíbles veinte hectáreas están ubicadas en la región de Vistalba, Lujan de Cuyo en Mendoza y son el terruño de uno de mis vinos favoritos.
Hace dos años, Natalia Beneitez (@NatiBeneitez) en su desesperado intento por hacerme entender algo de vinos (viene mal la pobre), me hizo probar un “De Ángeles Malbec 2009” y me abrió la puerta a un mundo nuevo.
Esta bodega familiar, que a simple vista nos podría parecer diminuta, esta en manos de un loco delirante que se dedica a ser enólogo y vuelca sus fantasías en hacer un vino excelente. Juan Manuel Gonzalez (@juanmgonzalez_1) recién hizo la primera cosecha de estas plantas centenarias en el 2007, ya que hasta ese entonces solo se dedicaban a vender las uvas a terceros. 
De las 20 hectáreas que esta bodega es propietaria, hoy se usan 3 y media para la producción de sus Malbec y una hectárea más para su Cabernet Sauvignon. El resto sigue siendo utilizado por los felices compradores externos.
Con un crecimiento lento pero seguro, “De Ángeles” va adaptando su producción al consumo y al espacio con el que cuenta; literalmente, la parte de la bodega donde Juan Manuel Gonzalez perpetra sus obras de arte, es más chico que los vestuarios que las grandes bodegas tienen para sus empleados. La expansión en este negocio tiene un costo económico y financiero muy importante, además de que se puede correr el riesgo de cambiar cantidad por calidad, algo que Guillermo Barbier, dueño de la bodega no esta dispuesto a aceptar.
Sus viñedos reflejan su longevidad no solo en la estructura de sus plantas, también la diagramación de las plantaciones, coronadas por olivos, nos dan la idea de su edad. El lugar transmite un halo mágico que se refleja en la gente de la bodega y que más decir, en sus vinos.
Hoy cuentan con un “Malbec Rosado de Ángeles dulce natural” que no tuve la suerte de probar, por lo cual no voy a hacer comentario alguno, pero tiene fama de ser una locura para tomarse de manera inescrupulosa.
El “Malbec de Ángeles sin roble” es un muy buen vino que, por ahora, es difícil de encontrar pero que la nueva añada esta por salir al ruedo. Ideal para aquellos que le escapan a la madera pero que les gustan los vinos con cuerpo y personalidad.
El “Malbec de Ángeles” es un vino excelente con una relación precio calidad de las mejores con las que me he encontrado en el mercado hasta el día de hoy. Un vino más que recomendable.
El “Gran Malbec de Ángeles” es uno de mis vinos favoritos, un distinto, el Kun Agüero de mi selección ideal. Ese habilidoso que lo tiene todo. Si algún día tuviera que mostrarle un Malbec a una extranjera que no conoce nuestros vinos y quisiera enamorarla, sin duda descorcharía este vino.
El “Gran cabernet s. de Ángeles” lo descubrí este año cuando conocí la bodega. Me mato, increíble en cuerpo y en final de boca, un vino que los amantes del rey de las cepas tintas van a idolatrar sin duda alguna.
El “Gran Blend de Ángeles” esta al salir y será otro de sus Gran Gran. Siguiendo la línea en cuerpo y carácter, va dar que hablar sin duda alguna.
Ya que estamos en época mundialista, la bodega “Viña 1924 De Ángeles” nos muestra que no es necesario ser un equipo grande y con una historia ganadora para estar entre los mejores. Solo se necesita seriedad, trabajo y talento, cosas que a estos apasionados del vino les sobra y lo logran transmitir con cada copa de sus vinos.

Dios Toma Malbec
Juan mayou (@juanmayou)

viernes, 23 de mayo de 2014

Caracas a las brasas


Hay países que invitan a ser conocidos por su historia, otros por su grandeza arquitectónica, también los hay que nos llaman a través de la cultura y los que enamoran por su gastronomía. Están estos y los que lo reúnen todo en uno. Pero también están los que "no" e igual hay que ir y lograr comer.
Mientras Caracas se desmorona lentamente entre conspiraciones y represiones dignas de la edad media, el arte de comer y beber se torna una difícil tarea.
Los buenos restaurantes de la capital Venezolana tienen, con estos tiempos revolucionarios de Maduro y sus cambios sociales, dos fuertes problemas para los comensales.
 La escases, que se convierte en un gran enemigo del hambriento cliente, que después del cuarto o quinto “no hay” se digna a simplemente preguntar que es lo que se puede comer y el miedo a la violencia que nos lleva al horario de los Estados Unidos; es decir, a las ocho de la noche están todos bajando las persianas y tu estomago Argentino empieza a odiar a todos y todas.
 
En medio de los gases lacrimógenos, las piedras, las balas de goma y las de verdad, apareció por recomendación un restaurante llamado “Carne y vino”.
Como buen Argentino soberbio y prejuicioso de la llamada “carne” fuera de casa, solo me deje tentar por el “vino”. Después de cuatro frustrados intentos por ir (siempre estaba cerrado cuando llegaba) me digne a llamar y ROGAR por que me esperaran abiertos hasta un horario digno como, por ejemplo, las nueve de la noche.
Tras pasar a unos señores de seguridad y un simpático detector de metales, me encontré con el recibimiento de una muy buena cava, tanto en cantidad como en calidad. A primera vista, los vinos Argentinos eran los amos y señores, lo que me cambio el humor. 
Me encontré con un restaurante muy bien puesto, súper agradable y de excelente atención. Con un Sommelier que sabe de verdad y padece la realidad. Debido a la inflación (de eso nosotros conocemos bastante), los precios de los vinos cambian casi a diario, por lo cual hay que revisar cada etiqueta con la lista del importador.
Como Venezuela tiene varios tipos de cambio (……) el ser extranjero con dólares en la mano y acceso al mercado negro es una gran ventaja, uno tiene la posibilidad de tomar buenos tintos Argentinos a precios muy razonables, incluso, en algunos casos, más barato que en nuestro país.
Ventaja para ese momento, porque para el mercado del vino es nefasto. Si tomamos en cuenta el tipo de cambio al que yo pague (hoy es mucho mas grande la brecha), una botella de vino por la que desembolse U$S 20 con el cambio en negro, para un Venezolano son, o eran, U$S 150 por el cambio oficial. Eso va a significar la destrucción de un mercado muy interesante, ya que a los Venezolanos el vino les gusta y solían saber gastar en él.
La carne fue llegando y debo admitir que la calidad es realmente muy buena. 
Con variedad en cortes y estilos, mi sorpresa fue creciendo al punto que termine adoptando a este restaurante como una referencia de Caracas. No solo las carnes a la parrilla valen la pena, probé un lomo al café que estaba particularmente genial.
Si bien tienen otros platos además de la carne, creo que es un desperdicio pedirlos en este lugar. Los cortes de “carne Argentina” no estaban disponibles, pero no se hicieron extrañar.
Todo fue acompañado por varios “Catena Alta”, tanto Malbec como Cabernet Sauvignon y cuando estos se acabaron, pasamos a ajusticiar y agotar los “Catena” Malbec. Debo aclarar que no estaba solo y fuimos varios días; no sea cosa que piensen mal de mi.
A pesar de que todos ponderaron la calidad de los postres, nunca llegamos a probarlos. La cava y sus maravillosos vinos siempre nos lo impidieron.
Las cuentas son de números exorbitantes y el pago es impactante; no a precio dólar, pero los Bolívares, hoy, hacen mucho bulto. 
Dios Toma Malbec
Juan mayou (@juanmayou)