El vino
es la bebida nacional y una de las pasiones, tan irracionales como
únicas, que los Argentinos tenemos.
Si
bien, el mejor vino es el vino que te gusta, y a eso le agregamos un poco de esencia
futbolera que nos convierte en hinchas “de”, hay un tras bambalinas que no se
puede desmerecer y muchas veces nos condiciona como consumidores, aunque no lo
sepamos.
Los
puntajes que los expertos dan cada año a las etiquetas de todo el mundo son tan
importantes para las bodegas y enólogos que llegan a superar el folklore que,
nosotros, simples amantes y fans del jugo de uva, no llegamos a vivenciar.
Me toco
estar en Mendoza la semana en la que los puntos de Robert Parker, uno de los
grandes y más respetados críticos en el mundo del vino, fueron dados a conocer y me llamo la
atención la intensidad con la que se vive el momento. Claro, esos valores que
yo uso de guía para saber que comprar, que probar, a quien empezar a seguir o,
simplemente, acumular botellas en mi cava, es para las etiquetas como el
llamado a la selección nacional que todo futbolista esperaría en su vida.
Lo
primero que hice cuando vi los puntos dados fue buscar mis apreciaciones sobre
los mismos vinos y comenzar a armar la lista de los tintos que “necesito”
comprar para ir probando. Pero con el tiempo, e intentando tomar distancia de
mi posición de fanático, me encontré viendo un enorme reconocimiento de los
expertos por nuestros vinos, los vinos Argentinos.
Es
increíble como los puntajes van mostrando un apasionamiento por el vino
Argentino; claro, esto no es gratis, hay un trabajo de superación por parte de
las bodegas y una excelencia en los nuevos enólogos (y en los no tan nuevos
también).
El gran
ganador fue el vino, fue la Argentina, fue nuestra esencia; pero el que sigue demostrando ser el rey y para mi gusto,
el mejor enólogo de nuestros vinos, es Alejandro Vigil (@alevigilmalbec), poniendo sus creaciones en el podio de los podios y con múltiples etiquetas.
Su
“Gran Enemigo Gualtallary Single Vineyard” de Bodega Aleanna es el puntaje más
alto de la lista con 97 puntos, pero bien escoltado por otras etiquetas de su
autoría; incluso, para mí sorpresa, de algunos blancos.
Si
nuestra economía nos permite sobrevivir y los precios se calman un poco, me tomo el atrevimiento de
hacerles un par de recomendaciones. Los tres “Gran Enemigo” de Aleanna son
imperdibles, al menos hay que probarlos una vez en la vida; el Nicolas Catena, de Catena Zapata, tanto el
Cabernet Sauvignon como el Malbec son dos vinazos incomparables; toda la línea
alta de la bodega Casarena es un placer que se ve reflejado en los puntajes;
Malbon de Passionate Wines; de Bodega Teho sus dos grandes vinos, el Teho y el
Zaha que demuestran (me demuestran) y destruyen el mito de necesitar una gran bodega para hacer vinos de excelencia; y por supuesto, el mejor vino del mundo mundial, el DV Catena Nicasia
Vineyard de Catena Zapata.
Para
los amantes del vino blanco, hay dos bombas atómicas, tan pero tan buenos, que
hasta a mi me gustaron; de Bodegas
Catena Zapata el White Bones Chardonnay y el White Stones Chardonnay de la misma bodega.
Si bien hay tiempo, les recomiendo que
vayan rompiendo el chanchito y haciendo los encargos de nuestra bebida
nacional, porque el mundial se acerca y habrá que festejar. Nunca se olviden
que no importa el ser campeón, lo importante es lo que hay dentro de la copa y
quien es el que se lo toma.
Dios Toma Malbec
Juan mayou (@juanmayou)
Juan mayou (@juanmayou)
Hola Juan,
ResponderBorrarmuy linda nota, en especial esa cierta ironía sobre los fanáticos de los vinos que "necesitamos" ciertos vinos.
Comparto tu admiración por el trabajo de Alejandro Vigil.
¡Saludos!
Muchas gracias Ariel !!!!
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