jueves, 12 de septiembre de 2013

El punto G que todos quieren encontrar !!!!


Ese encanto único de poder tomarse su tiempo para el placer, disfrutar las sensaciones, lo olores, las texturas, los sonidos. Esa magia de poder compartir ese momento de gozo que nos hace mejores y nos eleva; que según la compañía creemos llegar al cielo y tocar a Dios, no siempre se puede dar con la dedicación que nos merecemos y, de vez en cuando, necesitamos un rapidito porque la vida sigue y los tiempos nos corren.
Cuando eso pasa, descartamos los restaurantes tradicionales y buscamos un lugar de comidas rápidas. Por lo general, en nuestro mundo capitalista y de masas, estos lugares suelen ser tan industrializados, que muchos ponen en duda su calidad y salubridad. En Cuba, por suerte o por desgracia (según para quien), estos mecanizados templos de la gastronomía chatarra, no existen; pero sí aparecieron los lugares de comidas rápidas. 
Ahí encontramos a Punto G, que en el fondo de una casa tipo chorizo (Argentinismo para casas que se unen los ambientes por medio de un pasillo), con la cocina a la vista, una mesa y una barra, se dedica a vender desayunos, batidos y jugos, hamburguesas, bocaditos, tortillas y pasteles. Todo a precios de moneda local. Cuba tiene dos monedas, una para el turista que equivale al dólar y otra para los sueldos de los empleados públicos que esta $25 pesos por billete imperialista. Pero a no entrar en pánico, porque se puede pagar con los billetes para nosotros, los extranjeros al cambio oficial. 


Los bocaditos son buenísimos y varían sus ingredientes según lo que se consigue en el mercado en ese momento. Hay dulces y salados. Esta vez probé uno de piña y mango que estaba DELICIOSO realmente; como diría una cubana que conozco, bueno en cantidad, ñoooo.
Las hamburguesas son, básicamente, como las haríamos nosotros en casa... caseras. La sencilla arranca con una generosa cantidad de carne picada, lechuga, tomate, cebolla y mayonesa; todo en un pan casero medio dulce que le da un extraordinario sabor. Después viene el agregado de queso, la que suma jamón y queso y termina la que tiene todo eso y dos hamburguesas. Todo listo, todo armado para que no se tenga nostalgia alguna de esos rapiditos que uno se hecha por ahí para seguir en la vorágine que suele ser la vida nuestra. La ventaja es que este es un rapidito Habanero para seguir recorriendo y disfrutando, lejos de los bancos y los jefes molestos.
Los batidos son extraordinarios y también dependen de la fruta o el helado que hayan podido comprar para ese día, pero siempre están a la altura del momento. Si bien comer con una bebida que tenga leche no es lo que más me tienta, me vi en la necesidad periodística investigativa de probar un batido de mango y me gusto mucho; claro que está, para mí, es más cercano a un postre que una bebida. Así y todo, pulgar para arriba y si al paladar caribeño lo hace feliz, adelante nomas compañeros camaradas, que en la panza todo se mezcla.
Hay otros lugares ahora, mucho mas producidos y arreglados, que están poniéndose de moda; al que los turistas vamos y, con un poco de suerte, hasta nos cruzamos con famosos del arte cubano. Tal es el caso de Chucherías, un lugar que mira al malecón y esta armado de una manera tal que no desentonaría en lo mas mínimo si lo encontráramos abierto en Miami beach. El concepto es parecido; sándwiches simples o elaborados, hamburguesas, ensaladas y pizzas. Todo de muy buena calidad.
Los batidos son un clásico del lugar, aunque aquí si tienen tragos y cervezas; el publico es distinto y el consumo cambia. Lo mejor? El capuchino; hasta ahora, el mejor café que me toco probar en la mayor de las Antillas.
Sea con el tiempo y la dedicación necesaria; o sea un rapidito porque otra opción no queda, la idea es pasarla bien y gozar. Lo bueno de la Cuba de hoy, es que ya hay mercado para todos; falta y mucho, pero el camino esta marcado y los cubanos hacia ahí van. El punto G de su gastronomía se ha despertado.


Dios Toma Malbec
Juan mayou (@juanmayou)

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