lunes, 2 de junio de 2014

Cosas de angeles y vinos

El vino, como todo negocio, tiene distintas facetas y complejidades a lo largo del tiempo.
Están las vicisitudes internas, que según el grado de fanatismo en el consumidor pueden ser hasta divertidas; como por ejemplo si el enólogo es el enólogo o solo pone el nombre; si este vino se vende localmente porque no se pudo exportar o simplemente si esta etiqueta se llama así por tal o cual motivo.
 También están las roscas comerciales que no son tan interesantes al amante de la inspiración de Baco, pero que sin llamar nuestra atención nos termina afectando; como por ejemplo si la botella es más o menos pesada y eso incrementa el precio en la logística y por ende nos terminan o no matando nuestro presupuesto en el momento de sacar nuestra diezmada billetera. 
No podemos dejar afuera las acciones del realismo mágico que gobierna nuestras vidas; como el hecho de que el vino sea nuestra bebida nacional, una de nuestras insignias en el mundo que tan orgullosos nos ponen y en algunos momentos las bodegas tuvieron problemas, por ejemplo, para importar los corchos.
Este gran momento por el que atraviesa el vino Argentino y que ya supera al Malbec como objeto del deseo, se da en medio de una situación complicada a nivel mundial; claro que los problemas internos no ayudan y muchas veces directamente nos perjudican. Las crisis propias y ajenas que tienen como consecuencia directa la merma de consumo en el exterior (léase menos exportaciones) hace pensar que solo las grandes bodegas pueden sobrevivir a estos altibajos comerciales y es por que (mito urbano) son los que acaparan la producción de esos vinos “diferentes”, sustentados por la venta masiva de sus líneas económicas.
La bodega “Viña 1924 De Ángeles” es el ejemplo de lo errado de ese concepto. Sus solamente e increíbles veinte hectáreas están ubicadas en la región de Vistalba, Lujan de Cuyo en Mendoza y son el terruño de uno de mis vinos favoritos.
Hace dos años, Natalia Beneitez (@NatiBeneitez) en su desesperado intento por hacerme entender algo de vinos (viene mal la pobre), me hizo probar un “De Ángeles Malbec 2009” y me abrió la puerta a un mundo nuevo.
Esta bodega familiar, que a simple vista nos podría parecer diminuta, esta en manos de un loco delirante que se dedica a ser enólogo y vuelca sus fantasías en hacer un vino excelente. Juan Manuel Gonzalez (@juanmgonzalez_1) recién hizo la primera cosecha de estas plantas centenarias en el 2007, ya que hasta ese entonces solo se dedicaban a vender las uvas a terceros. 
De las 20 hectáreas que esta bodega es propietaria, hoy se usan 3 y media para la producción de sus Malbec y una hectárea más para su Cabernet Sauvignon. El resto sigue siendo utilizado por los felices compradores externos.
Con un crecimiento lento pero seguro, “De Ángeles” va adaptando su producción al consumo y al espacio con el que cuenta; literalmente, la parte de la bodega donde Juan Manuel Gonzalez perpetra sus obras de arte, es más chico que los vestuarios que las grandes bodegas tienen para sus empleados. La expansión en este negocio tiene un costo económico y financiero muy importante, además de que se puede correr el riesgo de cambiar cantidad por calidad, algo que Guillermo Barbier, dueño de la bodega no esta dispuesto a aceptar.
Sus viñedos reflejan su longevidad no solo en la estructura de sus plantas, también la diagramación de las plantaciones, coronadas por olivos, nos dan la idea de su edad. El lugar transmite un halo mágico que se refleja en la gente de la bodega y que más decir, en sus vinos.
Hoy cuentan con un “Malbec Rosado de Ángeles dulce natural” que no tuve la suerte de probar, por lo cual no voy a hacer comentario alguno, pero tiene fama de ser una locura para tomarse de manera inescrupulosa.
El “Malbec de Ángeles sin roble” es un muy buen vino que, por ahora, es difícil de encontrar pero que la nueva añada esta por salir al ruedo. Ideal para aquellos que le escapan a la madera pero que les gustan los vinos con cuerpo y personalidad.
El “Malbec de Ángeles” es un vino excelente con una relación precio calidad de las mejores con las que me he encontrado en el mercado hasta el día de hoy. Un vino más que recomendable.
El “Gran Malbec de Ángeles” es uno de mis vinos favoritos, un distinto, el Kun Agüero de mi selección ideal. Ese habilidoso que lo tiene todo. Si algún día tuviera que mostrarle un Malbec a una extranjera que no conoce nuestros vinos y quisiera enamorarla, sin duda descorcharía este vino.
El “Gran cabernet s. de Ángeles” lo descubrí este año cuando conocí la bodega. Me mato, increíble en cuerpo y en final de boca, un vino que los amantes del rey de las cepas tintas van a idolatrar sin duda alguna.
El “Gran Blend de Ángeles” esta al salir y será otro de sus Gran Gran. Siguiendo la línea en cuerpo y carácter, va dar que hablar sin duda alguna.
Ya que estamos en época mundialista, la bodega “Viña 1924 De Ángeles” nos muestra que no es necesario ser un equipo grande y con una historia ganadora para estar entre los mejores. Solo se necesita seriedad, trabajo y talento, cosas que a estos apasionados del vino les sobra y lo logran transmitir con cada copa de sus vinos.

Dios Toma Malbec
Juan mayou (@juanmayou)

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